domingo, 19 de marzo de 2017

El mentiroso


La Academia de Idiomas ocupaba una casona del siglo XIX.
Un lugar diferente, lo constituía la biblioteca. Frondosos anaqueles forraban sus paredes; al ingreso, sobre la puerta principal, se podía leer el lema:"El que lee mucho y anda mucho,ve mucho y sabe mucho." Allí trabajaba yo.
Sucedió un día lluvioso.Yo estaba concentrada clasificando unos libros cuando el chirrido de la puerta lo anunció. Levanté la vista y lo vi parado en el rellano, todo mojado y con una valija en la mano. Al solicitarle el motivo de su visita, el joven respondió que estaba escribiendo una tesis sobre el surrealismo y le habían recomendado esta biblioteca. Me explicó que quería adentrarse en la lectura de “La destrucción o el amor” de Vicente Aleixandre.
No encontré pretexto para impedirle el acceso, aunque su aspecto desaliñado y un mal olor, que vagamente me recordaba a alguien, me hizo dudar antes de franqueárselo.
Amado, de esta manera dijo llamarse, se hizo habitué; pasaba todas las jornadas arrinconado en un escritorio, con la valija a sus pies, y el celular continuamente en su mano; simulaba bucear en los textos de Aleixandre, especialmente cuando nuestras miradas se encontraban.
Si bien planteé mis reservas en la Dirección de la Academia, no encontraron razones de peso para prohibirle el ingreso, por lo que debí seguir soportándolo.
Poca gente entraba ya intimidada por la oscura presencia. A su vez, yo sentía físicamente esa intromisión en mi vida: la pérdida de peso, recurrentes cefaleas y un leve temblequeo en mis manos daban muestra de la perturbación.
Un día, el muchacho recibió un llamado, se levantó y salió corriendo, olvidando su equipaje.
A la mañana siguiente, escuché su nombre en el informativo, observé la pantalla y pude ver a Amado, con esposas, conducido por las fuerzas del orden.
Inmediatamente llamé a la policía y entregué la misteriosa valija. Al ser abierta, observé, entre sus andrajos, un vetusto diccionario de latín, que al abrirlo, resultó ser una caja simulada que contenía sobrecitos con cocaína; junto al mismo, a una costado, un antifaz de terciopelo apolillado que reconocí de manera inmediata, pues era el mismo que llevaba puesto el muchacho que me había sacado a bailar un mes atrás, en una fiesta de disfraces organizada por una fundación para socorrer a las víctimas de las últimas inundaciones. Bailé solo dos piezas pues el olor agrio que exhalaba me generó cierta repulsa. Fue el tiempo suficiente para contarle dónde trabajaba. Recuerdo que le interesó sobremanera el grupo etario de estudiantes que frecuentaban la biblioteca.
Así, fui uniendo la trama con datos que aportaron los investigadores. Pude conocer que el personaje se mimetizaba en múltiples roles detrás de los cuales lograba su cometido: delinquir y traficar.
Yo recordé la mirada penetrante de Amado, sus vacilaciones cuando le preguntaba sobre los avances en el trabajo de tesis, el olor nauseabundo que emanaban sus axilas y que ahora lograba identificar y su actitud burlesca cuando yo hablaba con los socios que ingresaban a la biblioteca.
En una ocasión, había llegado antes que yo y encontró la puerta sin llave lo que le permitió ingresar y poder revisar el fichero con los datos personales de los alumnos. De esta manera lo encontré, y al increparlo, se disculpó y me explicó que buscaba el teléfono de un estudiante que le había ofrecido un texto del autor investigado. No me resultó creíble su excusa y desde ese día le obligué a guardar su desvencijada valija en los casilleros de la biblioteca.
Así fue que la olvidó cuando fue alertado que la policía andaba tras sus pasos.
Las circunstancias hicieron que de una manera abrupta la pesadilla de tener ese personaje a mi lado todos los días, llegara a su fin.
Los titulares de los diarios, afianzaron esta convicción y me dieron una pista del apodo con que se lo conocía en el mundillo del hampa: “En un operativo conjunto, fuerzas de seguridad apresaron a “El Mentiroso”, peligroso traficante.”; y en otro, “El Mentiroso, entre rejas”.

9 comentarios

  1. 1. John Doe dice:
    Buenos días. Buen cuento, al principio pensé que se trataba de un cuento de ciencia ficción, pero a medida que se desarrolla la trama, se encuentratito uno con algo completamente distinto, tiene buen ritmo, pero entiendo que por la extensión del cuento no se pueda mostrar más las motivaciones de los personajes, o su manera de interactuar, sería muy bueno que se desarrollará más en un formato largo, algunas cosas de escritura, pero pues eso es más de corregir y ya. Bien, buen relato, nos leeremos en otra oportunidad.
    Escrito el 17 marzo 2017 a las 17:08
  2. 2. Guagner dice:
    Está bueno, pero me parece que le falta algo.
    Quizás sea simplemente reordenar los datos “policales”, para lograr más intriga.
    Por lo demás está bien escrito, salvo algunas comas de más. Las descripciones son interesantes y bien logradas. Con esos ajustes tendrías un bue cuento.
    Nos leemos.
    PD: Leí un par de cuentos de tu blog, y me gustan mucho.
    Escrito el 17 marzo 2017 a las 17:18
  3. 3. Nuni dice:
    Que bueno que está Clara, te va llevando sola la historia, esperando el desenlace, muy bueno. Describes al Mentiroso perfectamente, hasta me pareció sentir ese olor que describes, felicitaciones.
    besos
    Nuni
    Escrito el 18 marzo 2017 a las 17:25
  4. 4. María Esther dice:
    Me gustó mucho tu cuento Galia.Está atrapante la presentación del personaje.Toda la historia se lee fluidamente.Tiene intriga y crea expectativas.
    Se te dio muy bien el narrador en primera persona.
    Felicitaciones.
    Maritel
    Escrito el 19 marzo 2017 a las 02:38
  5. 5. ortzaize dice:
    hola intrigante relato que hay que esperar al final para ver donde esta el mentiroso. gracias.
    Escrito el 19 marzo 2017 a las 11:26
  6. 6. Jack Elkyon dice:
    Hola Galia.
    Me pareció un cuento entretenido y bien escrito, me dio mucho gusto leerlo. Lo que podría, creo yo, superarse sería:
    -No entiendo lo del lema en el primer párrafo, ¿Tiene algo que ver con la trama?
    -A lo mejor no entendí, pero el final parece poco memorable, se anuncia en el nudo del relato y le quita sorpresa.
    -Que el mentiroso revise las fichas de estudiantes antes que llege la narradadora al trabajo y la nula actitud adoptada por ésta última, me pareció poco creible.
    Escrito el 19 marzo 2017 a las 16:05
  7. 7. Cecilia dice:
    Hola Clara, está muy buena la historia, al leerla por primera vez me quedaron dudas, que resolví al releerlo. Quizás me despistó que no se cuenta que se relacione con los jóvenes que asisten a la biblioteca pero la verdad es que 750 palabras son demasiado pocas!!! siempre queda algo por decir. Creo también que le sacaría el último párrafo, queda más que claro que el detenido es el Mentiroso. Nos vemos Besos
    Escrito el 19 marzo 2017 a las 20:29
  8. 8. Galia dice:
    Gracias a todos, por vuestros conceptos, a Jack le respondo que el lema sobre la biblioteca al inicio, más que con la trama tiene que ver con la ambientación, le da una impronta especial, cierta solemnidad al lugar que contrasta con la utilización que quiere hacer del mismo el mentiroso. Los títulares de las crónicas son a los efectos de reafirmar el título del relato.
    Nuevamente, a todos, gracias.
    Escrito el 19 marzo 2017 a las 20:41
      Carmen Ramacciotti dice:
    Hola Galia. Me gustó mucho el caracter oscuro y repulsivo del mentiroso. Tambien le quitaria el ultimo párrafo. Muy bueno!!!
     Escrito el 22 marzo 2017 a las 15:00

lunes, 13 de marzo de 2017

Revista Brevilla 2017



Brevilla revista digital de minificción.
© Antología digital de microrrelatos
Dispara usted o disparo yo.
       Santiago de Chile, marzo de 2017
Textos de mi autoría publicados:  
 


Siesta desapacible

Le gustaba dormir la siesta bajo la acacia. La tenue transparencia que dejaba pasar algunos rayos de sol, atemperaba su carácter irascible y misántropo pero había algo que perturbaba el ritual, se sentía observado desde detrás de la tapia, una mirada invasiva.
Un día, escondió entre su ropa el revólver y simuló dormir.
Con los ojos entrecerrados divisó unos grandes faros negros debajo de un flequillo. Al instante disparó un tiro certero en la frente. Se dio vuelta y se durmió. Así cada uno encontró la paz, a su manera.


Aserrín, aserrán


La noche de San Juan el pueblo bullía de alegría, aserrín, aserrán, la observé desde la ventana, aserrín, aserrán, tiraba maderas a la fogata y reía a carcajadas.
Yo la había invitado a la fiesta pero había pretextado un resfriado, aserrín, aserrán, y allí estaba muy ufana de la mano de Eduardo, aserrín, aserrán.
No acostumbraba a ser desairado, aserrín, aserrán, y me daba vueltas a la cabeza la canción que me había enseñado mi madre, aserrín, aserrán, aserrín, aserrán; bajé las escaleras desquiciado, la tomé del brazo y me la llevé al final de la calle, donde la fiesta ya no era fiesta, donde la luz ya no brillaba, aserrín, aserrán y mientras canturreaba con los dientes apretados, más me acercaba a poner en práctica el final de la canción, aserrín, aserrán...

 


viernes, 3 de marzo de 2017

El Festival Internacional de Poesía y Arte Grito de Mujer en su séptima emisión, llevó el lema “Un Grito de Libertad”, por todas las niñas del mundo. Consigna que buscaba a través de las artes y la poesía, reforzar la confianza, seguridad y los valores de las niñas en todo el mundo y su derecho a vivir sin abusos, maltratos, y/o preocupaciones propias de la adultez, como el embarazo precoz, el trabajo forzado, entre otras.

He aquí las obras premiadas:






Adentro y afuera

Adentro: en la habitación el vaso de agua descansa en la mesa de luz y en la oscuridad escucho las burbujas que se escapan.
Intento beber un sorbo, empujo el agua con la lengua, hago un esfuerzo y trago pero la aungustia sigue anudada.
La sed se rebela y estalla en sollozos, quiere gritar tu nombre pero se enreda en él y se antraganta.
Cierro los ojos mientras tu vozarrón resuena en mis oídos y el miedo me invade; vuelvo a abrir la boca para bautizarla con el frío brebaje pero otra vez la lengua se niega a obedecer y en un último estentóreo la vuelca sobre mi pecho inerte.
Afuera: despliegas la figura del adulador con sonrisa perpetua, imagen del fiel compañero y profesional existoso. Aparentas el amante perfecto y ocultas el desprecio y la sed de venganza que vuelcas cada noche en el lecho conyugal.